ESCUCHANDO AL SOL - La Nación, 1970

RAIMI

Para los incas constituía desacato mirar al sol. Y así se lo hizo notar una vez el Sumo Sacerdote a Huaina Capac, cuando el Rey puso sus ojos en Raimi, para contemplarlo.
"Pues yo te digo que éste, Nuestro Padre el Sol, debe de tener oto mayor Señor y más poderoso que no él. El cual le manda hacer este camino que cada día hace sin parar, porque si él fuera el Supremo Señor, una vez que otra dejara de caminar y descansara por su gusto, aunque no tuviera necesidad alguna".
Lo dice el Inca Garcilaso en sus Comentarios Reales, para sus contemporáneos y para quiénes, como nosotros, habitamos la vieja geografía del viejo imperio prehispánico.
¿Qué diría el viejo amauta a los actuales habitantes de su imperio, que hoy se aprestan, radiotelescopio en mano, a fisgonear al Padre Sol para ver qué pasa en sus heredades?
Quizás les respondería como al Rey: "¿Qué hacer, Inca? ¿No sabés que no es lícito hacer eso?".
Pero claro, la respuesta de 1970 no estará a cargo de Huaina Capac - en proceso de conversión al cristianismo por aquel entonces - sino de un jesuita, el Padre Mariano Castex, inspirador y realizador de la idea de instalar, en La Rioja, junto a un pucará diaguita y en la testa de un cerro convertido por la Cruz - como Huaina Capac - un observatorio solar.

EN CERRO REDIMIDO

Antes se llamaba Cerro Morado. Ahora y desde que los soldados del ex Regimiento 15 de Infantería le clavaron una Cruz sobre sus casi 1.600 metros de altura, se llama, precisamente por eso, Cerro de la Cruz.
Hacia él se levantaron el año pasado, durante la realización de la 'Primera Reunión Nacional para la experiencia piloto de desarrollo cultural de La Rioja' los índices riojanos, para mostrar al Padre Castex el lugar en donde podría levantarse el Observatorio fruto de su inquietud.
Inquietud a la que no eran ajenos el gobierno de la Provincia y algunos científicos alemanes.
Desde entonces, mediados de 1969, la cumbre siempre azul del Velasco dejó de ser sólo inspiración para poetas, para comenzar a convertirse en meta de las flamantes inquietudes científicas de los riojanos.
Ya no será herejía, en el Imperio de los Incas, mirar al Sol. Sino comienzo de vida. Búsqueda afanosa de verdad. De esa verdad que Huaina Capac intuía y que, para nosotros, tiene un nombre celeste y un símbolo al tope de un cerro.
Y hay ilusiones y esperanzas en los riojanos, alentados por la generosidad del sabio médico jesuita que 'vino, vio y se riojanizó'.

¿QUÉ ES UN OBSERVATORIO SOLAR?

Quizás sea más fácil comenzar por decir lo que no es. Por ejemplo, no es un observatorio óptico para mostrar el cielo. Por otra parte, requiere condiciones bien distintas de las que necesita la investigación científica que mira y fotografía a los astros.
Este, riojano, será un observatorio para captar las emisiones solares, distinto, valga la comparación, al del gran complejo óptico de San Juan.
Los científicos alemanes - nos contó una vez el P. Castex - que estudiaron este Noroeste nuestro, llegaron a la conclusión de que tanto Catamarca como toda la zona hasta Jujuy y especialmente La Rioja, era zona interesante para la instalación de un observatorio. La falta de vientos y de nubosidad, las condiciones de sequedad y la media, bastante estable, hicieron que la decisión favoreciera a La Rioja.
A lo que se sumó, por cierto, la cercanía del Cerro de la Cruz a la ciudad.
Porque este es un cerro ciudadano para el que sólo hacen falta pocas horas, buenas piernas y un corazón a prueba de puna, para domeñarlo.

¿LA RIOJA O SUDÁFRICA?

Cuando se escriba la historia del Observatorio Solar riojano habrá de consignarse que los gestores de la iniciativa debieron primero tratar con Alemania Occidental la problemática de la financiación del gran radiotelescopio y que allí existían dos grupos bien definidos. Uno, que sostenía que debía instalarse en Sudáfrica y otro, favorable a la Argentina.
El despacho de la Comisión de Observatorios, avalado por el ministro federal de la Investigación Científica, zanjó, salomónicamente, la diferencia: "En La Rioja argentina se instalará un radiotelescopio y en Sudáfrica otro, pero distinto".
Y porque los científicos de Alemania Occidental están comprometidos en el proyecto, dentro de muy poco tendremos datos precisos del complejo. Un profesor de la Universidad de Bochum, la casa de altos estudios vecina del Ruhr y de Stuttgart, vendrá a La Rioja para ello.

RIOJANOS PARA ESCUCHAR AL SOL

Pero la Comisión Nacional de Estudios Geoheliofísicos no está sola en la concreción de esta iniciativa.
Ya ha firmado un convenio con el gobierno de la provincia por el que éste le transfiere en propiedad y sin cargo, el terreno en el que se implantará el Observatorio y se establecen las recíprocas obligaciones, entre ellas una muy simpática, de la propia Comisión, por la que se obliga a becar a un buen número de jóvenes riojanos para que, concluidos sus estudios en el Instituto de Física Cósmica de San Miguel, sean ellos mismos quienes dirijan y gobiernen el complejo.
Pero también se han mostrado interesados la Facultad de Ingeniería y el Departamento de Electrónica de la Universidad Católica de Córdoba, la cátedra de Física solar de la Universidad del Salvador, el Servicio Meteorológico Nacional y la Universidad Nacional de La Plata.
Los riojanos, por ello, gustan emplear una palabrita muy justa. Dicen que es una obra ésta "multi-institucional".

LO QUE SERÁ

Desde hace días, veintiocho jóvenes dedican sus desvelos a preparar sus exámenes "para ingresar al Observatorio". La prensa local y la radiofonía hablan de "nuestro observatorio solar" y los riojanos todos, se refieren a él como si se tratara de un monstruo sagrado que se encaramará en uno de sus cerros más queridos para atisbar al sol. A ese mismo sol que "pasa el invierno en La Rioja", según la publicitada frase de la Dirección de Turismo.
Para saber de qué se tratará averiguamos en qué consiste un observatorio solar. Y se nos explicó. Es una gran antena que permite 'escuchar al sol' en distintas frecuencias, 'oír' sus emisiones en distintas gamas, si así puede hablarse. Y nada más.
Pero claro, habrá también otras antenas que permitirán no sólo captar sus emisiones, sino registrarlas, para buscar el origen de las modificaciones que realiza el sol a través de sus explosiones, reflejadas en sus 'flares' o manchas, en sus protuberancias y en todas sus actividades físicas.
También habrá una estación meteorológica que registrará las condiciones a 1.450 metros de altura y una estación de observación de radiación solar y, para que nadie se decepcione, un telescopio educacional donado por el Observatorio de San Miguel, que permitirá a visitas y estudiantes deleitarse con la contemplación del, hasta hoy, desconocido cielo riojano.

¿Y PARA QUÉ SIRVE?

Cuenta la anécdota que cuando Miguel Faraday descubrió los fenómenos electromagnéticos, una señora que miraba cómo se desplazaban las limaduras al paso de la corriente, le preguntó al sabio: "¿Y para qué sirve eso?". La flemática respuesta de Faraday no se hizo esperar: "Señora, para qué sirve un recién nacido?".
A veces los hombres comunes, cuando cuestionamos todo lo espacial, obramos un poco como la señora de la anécdota. Y aquí nos preguntamos ¿y para qué sirve todo esto?
Quizás la respuesta se encuentre en el simple recordar que el sol es la más importante fuente de energía de la Tierra y que tanto por esto como por ser la estrella más cercana, posee una interacción con nuestro planeta.
Así, modifica las comunicaciones, incide en los viajes espaciales y en las múltiples tareas que realizan los satélites artificiales. Cuanto más fácilmente podamos predecir sus 'enojos' o sus momentos de quietud, más fácilmente podrán desarrollarse planes que significarán fundamentales adelantos científicos. y quizás entonces sabremos más de nuestra meteorología, del desplazamiento de los continentes y del comportamiento de los mares.
Y todo esto y más constituye el tema que inquieta por estos días a los riojanos, entusiasmados por este proyecto que, sumado a las inquietudes del Centro de Proyectiles Autopropulsados de Chamical, convertirá a esta provincia, súbitamente, en sede de las investigaciones espaciales.

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